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A Miguel Corona, donde quiera que estés.
La desinformación y falta de educación en cuestiones de salud, traen graves complicaciones, una gran cantidad de enfermos diversos en México, desatienden sus tratamientos y en el afán de encontrar una cura, que a veces suena como milagrosa, ponen en grave riesgo su salud, esto se complica mucho, porque en México uno puede vender cualquier producto milagroso, de esos que curan todo, desde el cáncer, la diabetes, la hipertensión, las hemorroides y los altos niveles de triglicéridos y colesterol, sin que ninguna autoridad sanitaria haga algo al respecto, sin que ninguna autoridad sanitaria ponga orden.
Soy diabético, insulinodependiente, el próximo octubre cumplo 27 años de diabético, 27 años inyectándome insulina 4 veces al día, trato en la medida de lo posible de cuidar mi alimentación, aunque confieso que muchas veces me gana el antojo de la fritanga y los tacos me fascinan. Desde que tenía trece años --voy acumplir 39-- he probado todo tipo de remedios caseros o naturistas, desde la hierba de la tronadora, que me traía mi tía Amparo del estado de Guerrero, el nopal que he comido en cantidades industriales, asado, hervido, crudo en licuados, acupuntura, aromaterapia, homeopatía, meditación, hasta la orinoterapia, he bebido mi orina, después de serenarla toda la noche, y la he tomado en ayunas por 7 días, y aún sigo diabético, todo lo anterior lo he tomado, comido o me lo he untado sin dejar nunca, nunca, mi tratamiento ordenado por el endocrinólogo: insulina, régimen alimenticio y algo de ejercicio.
También soy educador en diabetes, tengo un diplomado en diabetes que me otorgó el Instituto Nacional de Ciencias Médicas y Nutrición Salvador Zubirán, este diplomado me permite saber qué cosa es la diabetes, cómo y por qué se enferma una persona de diabetes y cuáles son las consecuencias de un mal manejo de la enfermedad y cuáles son los cuidados que un diabético debe tener para no padecer males, consecuencia de un mal manejo, también puedo compartir esos conocimientos a quién lo necesite, ahora bien, no se necesita forsozamente tener un diplomado como yo, o ser médico para poder vivir bien con diabetes, se necesita tener la voluntad de despejar las dudas con el médico, pero sobre todo obedecerlo, obedecer las instrucciones al pie de letra y nunca poner nuestra vida en manos de charlatanes que prometen curar un padecimiento “incurable” como la diabetes, hacerlo es muy riesgoso, es un asunto de vida o muerte.
La diabetes es un padecimiento endocrino, compromete al sistema endocrino del ser humano. Recientes investigaciones, nos hablan que la diabetes tipo 1, juvenil o insulinodependiente, podría ser consecuencia de un problema inmunológico, el sistema inmunológico al reaccionar frente a una infección, autodestruye, por así decirlo, los islotes donde se produce la insulina en el páncreas, dejando sin insulina al paciente.
Las células (todas) se alimentan de glucosa, la insulina es la encargada de que la glucosa entre en las células, al no existir insulina, la glucosa corre libremente por el torrente sanguineo y las células no puede alimentarse, pero las células están diseñadas para sobrevivir, al no tener el puente de comunicación entre ellas y la glucosa, comen grasa, por eso los diabéticos descontrolados adelgazan tanto, pues sus células estan comiendo grasa, esto no sería grave si al ocurrir este fenómeno químico no se produjera acetona en la sangre, se produce acetona que es la que se encarga de dejar ciegos y con insuficiencia renal a los diabéticos descontrolados, a este fenómeno se le conoce como cetoasidosis diabética y es muy común, desgraciadamente para los diabéticos. Es un mal control lo que perjudica al diabético y no la insulina cómo dice uno de tantos mitos, “La insulina deja ciego a quién se la inyecta”, nada más falso, la ceguera la produce los niveles elevados de glucosa en la sangre.
En el caso de los que padecen diabetes mellitus tipo 2, el problema consiste en que su páncreas no produce la cantidad suficiente para distribuir toda la glucosa, por eso es importante la dieta y la toma de medicamentos (hipoglucemiantes orales) para activar los receptores de insulina, también algunos otros medicamentos que inhiben la producción de glucógeno en el hígado (glucogénesis) y permiten así un mejor aprovechamiento de la glucosa que se ingiere de manera controlada. La diabetes no nos exige mucho, tan sólo orden, disciplina, limpieza, medicamentos en tiempo y forma, ejercicio (30 min. de caminata al día son suficientes) actitud positiva y muchas ganas de vivir, la diabetes es un padecimiento incurable, degenerativo y en caso de no ser bien atendida es mortal.
Todos conocemos a alguien con diabetes, algún vecino, compañero de trabajo o pariente, que de pronto pasan a engrosar las filas de los dulces de corazón, la verdad este problema de salud pública está provocando serios trastornos para el ya tan insuficiente sistema de salud pública en México, si de algo sirvieran las agüitas milagrosas, los desyunos energéticos de “Hierba Life”, la baba de caracol o cualquier otro producto milagroso, le aseguro que estarían en el cuadro de medicamentos y en los hospitales del IMSS, ISSSTE, SSA para tratar a diabéticos e hipertensos.
En las noches cuando la programación televisiva ya se ha terminado y dan paso a los infomerciales, puede usted ver uno de esos comerciales que duran una hora, en el cual ofrecen a la venta el maravilloso “Hongo Michoacano”, el cual dicen, era antes sólo para los políticos y hombres de poder de China, ahora el fabuloso extracto embotellado en los laboratorios “Llorarás”, lo tenemos al alcance de una llamada telefónica, en el comercial se pueden ver testimonios de “supuestos” enfermos de toda clase, desde diabéticos, hipertensos, personas con cáncer, alto colesterol y triglicéridos etc. que gracias al hongo michoacano “Curaron” todos sus padecimientos, en uno de estos supuestos testimonios “Reales” se puede ver uno de una mujer que pudo dejar de usar la insulina y gracias al hongo michoacano vive bien y logró curar su diabetes. Yo conocí a Miguel Corona, tío de mi esposa, quién por no querer usar la insulina, quedó ciego, despues tuvo insuficiencia renal y poco tiempo después murió, su vida con diabetes no duró mas de cinco años.
Las autoridades sanitarias no hacen nada al respecto, cualquiera puede anunciar por televisión estos productos, aunque esto represente un riesgo en la salud de los pacientes y un fraude, no confíe en estos anuncios, nunca ponga su vida en manos de charlatanes o de la vecina o comadrita, que aunque de buena voluntad lo hagan, ponen en grave riesgo su vida, haga uso de su derecho a la educación e información, pregunte y obedezca a su médico, que el médico para eso estudió, por favor, no sea necio.